Abre nuestros ojos, Señor,
para que podamos verte a ti
en nuestros hermanos y hermanas.
Abre nuestros oídos, Señor,
para que podamos oír las invocaciones
de quien tiene hambre, frío, miedo,
y de quién está oprimido.
Abre nuestro corazón, Señor
para que aprendamos a amarnos los unos a los otros
como tú nos amas.
Danos otra vez tu Espíritu, Señor,
para que nos volvamos un sólo corazón y una sola alma
en tu nombre.
Amén.
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